CONSERVAS
ARROYABE

En el siglo XIX, a través de lo que se conocía como la ruta del vino, se intercambiaban los productos de la meseta como el vino, con el pescado fresco del Cantábrico. Rufino Arroyabe comenzó con este trueque a comercializar el pescado fresco en la meseta. Para mantenerlo en las mejores condiciones posibles, a su paso por Gorbea le echaban hielo, y de esta forma conseguían mantener la frescura del pescado hasta su destino. Corría el año 1898 y después de varios años de comercializar estos productos, Rufino Arroyabe decidió construir una fábrica de conservas y combinarlo con la vinoteca.

En aquellos tiempos, la conserva del pescado se conseguía bien manteniéndolo en salazón o en escabeche, siendo estos los orígenes de las latas de Bonito del Norte en escabeche.

Con la ayuda de su hijo, Rufino Arroyabe Ruiz de Azua, se fueron añadiendo nuevos productos a la gama inicial y se iba mejorando el proceso productivo de la conserva, hasta conseguir un producto de calidad y exquisito sabor.

Alrededor de los años 60 se trasladaron a unas nuevas instalaciones, en el mismo pueblo de Bermeo, abandonando ya el almacén de vino y dedicándose ya exclusivamente a la producción de Conservas de Bonito del Norte y a la Anchoa en Salazón. Comienzan a probarse nuevos productos como las conservas en aceite de oliva (hasta ahora sólo se trabajaba el escabeche).

En 1996, se construyó la fábrica actual, a la afueras de Bermeo, lo que permite combinar la innovación tecnológica con la elaboración artesanal. Las nuevas instalaciones permitieron ampliar los formatos acercándonos a satisfacer más las necesidades del consumidor final con los tarros de cristal de Bonito del Norte.

La materia prima es fundamental para nosotros, de ahí que tanto su compra como su selección sea un minucioso proceso muy mimado por todos los integrantes de la plantilla.